Asociacion Cultural Cofrade Regina Pacis

VEN A VERLA EN MAYO

 Tú que con la Virgen vas
sin poder verle la cara,
cuando le cubre la noche
con rayos de luna clara,
cuando el poniente apaga
la luz de sus velas rizadas,
cuando corren en marzo
lágrimas en sus mejillas doradas.

Bajo la tela de tu antifaz
con manos de amor planchada
solo ves el cielo y el mar,
con sus olas dormidas en la playa
solo ves la majestad
de las almenas de la muralla,
las torres de la catedral
a través de sus caídas de malla;
tú solamente ves
su reflejo en el agua,
tú solamente oyes,
el llanto de su voz callada.

Ven a verla a la ermita,
el sábado por la mañana,
ven a verla en su rosario,
de misterios coronada,
ven a verla tan hermosa,
ven a verla en su morada,
esperando que le dejes tu oración
en sus cabellos enredada,
los pétalos de su amor
que con cariño se derraman.

Llévala en su parihuela,
pon tus flores a sus plantas,
reza un misterio glorioso
de rosas y margaritas blancas,
alfombras de letanías,  
nardos de dulce fragancia.

Ven a verla a la salida
cuando despunte la mañana
y verás cómo te sonríe
el niño que la acompaña,
como brilla su mirada,
como se refleja su silueta,
en el blanco de la cal mimada.
 
Ven a verla en mayo,
que su Paz a ti te llama,
y verás como su rosario
hace de Dios su proclama,
y sentirás como el campanario
rompe el silencio de la mañana.

Acércate a su dulzura
que es su amor el que regala,
mira su blanca hermosura
que pone luz en las almas
y veras como la Señora
llena de Paz inundada,
Madre de la ternura
la doncella de la gracia,
sin macha inmaculada
la dama de la blancura,
va abriendo la alborada,
y en San Antonio su figura
despierta alegre la mañana,
y el sol al levantarse
llena de gloria su cara. 

Jacobo Díaz Portillo.